El Bitcoin, la criptomoneda pionera, ha alcanzado un nuevo récord histórico al superar una cifra nunca antes vista por unidad. Este hito se logró tras varias jornadas de aumento continuo, impulsado por la victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos. Desde entonces, el precio del Bitcoin ha repuntado considerablemente, alcanzando una capitalización de mercado impresionante.

Este avance no solo coloca al Bitcoin como el activo digital más valioso del mercado, sino que también lo sitúa como una de las empresas más valiosas del mundo si se considerara como tal, superando a gigantes como Saudi Aramco, Meta y Tesla. La criptomoneda ahora representa una gran proporción del mercado cripto, consolidando su dominio en el sector.

El principal impulso para este aumento se debe a las promesas de Trump durante su campaña electoral, donde destacó su apoyo a las criptomonedas. Entre sus propuestas, se incluye la creación de una reserva estratégica de Bitcoin y la designación de Paul Atkins, un defensor de las criptodivisas, como presidente de la Comisión de Valores y Bolsa (SEC). Estas medidas han generado una gran expectativa y confianza en el mercado.

La comunidad cripto ha celebrado este logro con entusiasmo, viendo en el nuevo gobierno estadounidense una oportunidad para una regulación más favorable y un entorno propicio para el crecimiento del sector. Richard Teng, director ejecutivo de Binance, ha declarado que estamos ante una "época dorada" para las criptomonedas.

Además, los fondos cotizados (ETF) de Bitcoin han registrado entradas récord, atrayendo a más fondos y bancos de inversión, otorgando mayor legitimidad al Bitcoin como un activo financiero. Manuel Villegas, analista de activos digitales de Jul, ha destacado que estos ETF han sido los productos más exitosos en la historia desde su aprobación en enero.

En resumen, el Bitcoin ha alcanzado un hito histórico que no solo refleja su creciente adopción y aceptación, sino también el impacto de las políticas gubernamentales en el mercado financiero global. Este momento marca un punto de inflexión en la evolución de las criptomonedas y su integración en el sistema financiero tradicional.